Noticia y fotografía extraídas de www.abc.es
Para verlas en su lugar original sigue el enlace:
http://www.abc.es/20110411/deportes/abcp-compito-chicas-anos-conozco-20110411.html
Isabel Fernández, 39 años, la judoka española más laureada, regresa tras ser madre y afronta el reto de Londres 2012
MIGUEL ÁNGEL BARROSO / MADRID
Isabel Fernández, nacida en Alicante hace 39 años, la judoka más laureada de nuestra historia, propietaria de la triple corona (campeona olímpica, mundial y europea), tiene Londres 2012 en su punto de mira. Serían sus quintos Juegos Olímpicos (el jugador de waterpolo Manuel Estiarte le supera por uno y es el deportista español con más participaciones). Un éxito en Estambul no le daría billete directo y tendría que seguir puntuando en pruebas de la World Cup. Enfrentándose a chicas que no habían nacido cuando ella se inició en este deporte, en Torrellano, una pedanía de Elche donde discurrieron los años de su infancia.
«Me gustaba el balonmano, que también practiqué, pero el profesor de educación física del colegio, que era cinturón negro, vio que tenía condiciones para el judo y me animó a cambiar», recuerda Isabel. «Tenía 7 años. Compaginé ambas actividades durante un tiempo, pero al final me decidí por el tatami. A los 15 fui campeona de España junior. Los deportes de contacto te tienen que gustar mucho para engancharte. A los 17 años decidí tomármelo en serio».
Memoria del judo español
La foto, publicada en la revista Blanco y Negro el 14 de julio de 1996, muestra a tres judokas «enredadas» en el suelo: Miriam Blasco, medalla de oro en Barcelona 92, Yolanda Soler (bronce en Atlanta 1996 y tres veces campeona de Europa) e Isabel Fernández, que empezaba a escribir su historia. En aquel número dedicado a deportistas españoles con opciones en Atlanta posó gente como Raúl, Iván de la Peña, Miguel Indurain, Abraham Olano, Martín Fiz, Fermín Cacho, Theresa Zabell, Martín López Zubero, Arancha Sánchez Vicario y Conchita Martínez. «Casi todos están retirados, y yo, mira...». Miriam Blasco, que no se clasificó para los Juegos, oficiaba de entrenadora de las otras dos judokas. Isabel ganó un bronce en aquella cita. Luego eligió a Javier como técnico. «Nos conocemos desde la infancia, allí en Torrellano. ¿Quién ganaría a quién? Hombre, seguro que él a mí, aunque solo sea por el peso. Después de Atlanta empecé a ser más constante y llegaron los mejores resultados».
La cosecha: más de cuarenta medallas en diferentes competiciones oficiales, incluidas las del circuito World Cup. Le cuesta recordar los detalles de su carrera, aunque reconoce que «los Juegos Olímpicos tienen un sabor especial. Te das a conocer incluso a personas que no son aficionadas a tu deporte. El escenario es muy bonito, convives en la villa olímpica con otros deportistas y estrechas relaciones. Unos Juegos son lo máximo. Cuando gané a la cubana Driulis González (un mito en su país) en la final de Sidney me parecía mentira. Como estar dentro de un sueño».
Después de veinte años en la élite algunas cosas no han cambiado («las que están arriba no quieren ceder su puesto, y las nuevas aprietan mucho»), pero otras sí: la tecnología le ayuda a estudiar a sus rivales. «Compito con chicas de 18 o 20 años a las que no conozco de nada. Las de mi quinta ya no están —incluida Driulis, su gran “enemiga”—. Supongo que las jóvenes se sorprenden al verme, pero que no se confíen...».
Casi nunca segundas partes fueron buenas, pero Isabel quiere desmentirlo. Concejal de Deportes en Alicante, duda si presentarse a las próximas elecciones. «Es difícil compaginar la política con la competición». Sus cuentas, por ahora, pasan más por conseguir los créditos suficientes para conseguir el pasaporte olímpico. Toca entrenar duro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario