miércoles, 8 de julio de 2009

Fiestas de Torrellano

Tenemos muy cerquita las fiestas de verano, que suelen ser el último fin de semana de julio, aunque en un principio no eran en esta fecha y el motivo de su celebración ha sido prácticamente olvidado. Otro día os lo contaré.

Hoy os quería mostrar algo que escribí hace ya, madre mía... nueve años... cómo pasa el tiempo... Salió publicado en el Llibret de las fiestas del año 2000. Problablemente si lo escribiera hoy lo escribiría de manera distinta, pero el sentido final sería el mismo.



LAS FIESTAS DE MI PUEBLO

Hay tres momentos cada año en que Torrellano es más Torrellano: uno de ellos es en diciembre, cuando la gente del pueblo brinda honores a su patrona; otro es en enero, cuando miras sus campos cubiertos de almendros en flor; y el tercer momento es a finales de julio, cuando los torrellaneros salimos a darle vida a las calles y celebrar nuestras fiestas estivales.

Cuando alguien de fuera me pregunta cómo son las fiestas de mi pueblo, le contesto: “No tenemos grandes castillos de fuegos artificiales, ni lujosas salas de baile, ni tampoco grandes orquestas musicales, ni pomposos desfiles con carrozas elegantes... No tenemos nada de eso. Son sólo unas fiestas ‘de pueblo’, pero para mí son las mejores fiestas del mundo, porque son las de mi pueblo. Tenemos una comisión de fiestas que incansable vela por nuestros festejos; una gente ilusionada que engalana las calles con esmero; unos barraqueros marchosos que dan música y color a nuestras fiestas; unas reinas y damas magníficas que nos representan dentro y fuera del pueblo; un desfile humorístico preparado sin grandes galas pero con muchísima ilusión y dedicación, y tenemos, sobre todo, unas ganas enormes de pasarlo bien, de que la gente de Torrellano se sienta verdaderamente ‘pueblo’, de que se sienta unida. Así son las fiestas de mi pueblo”.

Tengo muchas ganas de que den comienzo los festejos, y poder hojear el Llibret, cuya presencia es ya todo un símbolo en nuestras fiestas; me apetece oír el barullo de la gente en la calle, el ritmo de la música festera; quiero, una vez más, asistir a los torneos de “futbito” y balonmano, pasear por la calle Río Segura, o, por ejemplo, por la calle San José Artesano, y contemplar lo bonitas que están las calles este año, con sus macetas, sus guirnaldas, sus banderitas, sus luces y todo tipo de adornos; tengo unas ganas locas de ir a la Cocina del Infierno o a la Zoco y pasarme toda la noche bailando con la juventud de mi pueblo, me apetece ir el sábado a ver el desfile humorístico y reírme un buen rato...

Pero, para que esto suceda, para que todos podamos pasárnoslo bien en las fiestas, hace falta el trabajo y dedicación de unas personas a las que no siempre sabemos reconocerles su valiosa labor. Si el chocolate que han repartido en la Barraca Popular estaba frío, si en el desfile humorístico no te has podido sentar porque la silla que te correspondía no aparecía, si la música de las barracas está muy alta y no te deja dormir, si piensas que algo no está bien hecho, no critiques, no menosprecies el trabajo de estas personas, muévete, ayuda, intenta hacerlo tú mejor, dales consejos hablándoles con delicadeza y buenas maneras, o, por lo menos, cállate, réstale importancia a los posibles errores que se puedan cometer, pasa las fiestas lo mejor que puedas, deja que los demás las disfruten y estate agradecido a esas personas que organizan la fiesta lo mejor que pueden y más.




GRACIAS. GRACIAS A TODA LA GENTE QUE PONE TODO SU EMPEÑO EN QUE TORRELLANO SEA MÁS TORRELLANO.


Publicado en el Llibret de las fiestas de verano del año 2000.

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